jueves, 30 de mayo de 2013

El hada.


Hacemucho que no escribo, bueno, sí, he escrito, pero lo que he escrito era algo exclusivo para alguien. Pero hoy, vengo a introducirles a ese alguien... es un hada que me encontré en el camino y que me regalo algo muy lindo... lo expreso aquí. Es ella.


Imaginarte a mi lado me costó agua, agua de mis ojos,
supresión de mis impulsos, supresión en mis suspiros.
Soñarte costó, me costó el tiempo, me costó la espera,
la espera que aprovecho a ver si lo que espero de mi vida,
la muerte, llegara de paso.
Olvidarte me costó, me cuesta cada día,
más de lo que costó tratar de no quererte,
tratar de no incorporarte a mis fantasías.
Pero te toqué, te viví aunque poco, pero fue lo justo,
Me deshice en poesía en forma de mariposas a tu lado,
prosa regalada y revestida de versos efimeros
que espero no pierdas entre los sillones de tus memorias.
Esa memoria tuya... olvidadiza y amada por mi, pues amo lo que significas enamorada,
perdida entre las hadas de mis adagios y tus sonatas,
entre tu voz y la mía, que también era tuya, cuando eramos "nosotras".
 
 

Ahora estoy aquí tratando de no vivirte mucho,
tratando de no encontrar los bosques que visito en sueños.
El aburrimiento y la queja mínima que se podría unir al suplicio de nuestros conflictos,
me advierten de creer en cualquier pensamiento fatalista, a ver si no espero mucho, a ver si mi imaginación se acostumbra a tu ausencia,
A ver si quizá estando tú aquí,
en medio de serenatas religiosas que al soñar se vuelven elegías,
plenas de sinsabores y plenas de miedos, me temes, nos temes y te alejas.
A ver si aún le temes a transmutar esos duendes en hadas, que tienen ganas de vivir y aún no se atreven.