Cuando no tengo nada que hacer, escribo.
Está bien, voy a expresarme, pero solo para
regalarme calma en este amarillo momento de atardecer lluvioso. En este
segundo, me dio por pensar que tal vez tengo un atardecer adentro, que tú me
has dado rayos de sol para crearlo, verlo y disfrutarlo de vez en cuando.
Quiero vivir en él, en ti, quedarme en ti como una nube azul grisácea que aunque
represente lluvia, no deja de hacer arcoíris. Un arcoíris que se reprime ante
tus ojos aunque sea traslucido, atrevido y delator. Y me da pena, me doy pena
ante tu inocencia, me doy pena de los pensamientos que me inspiras. Pero es
lindo esto. El dejarte entrar un poco, para mi propia ternura interior y luego
soltarte. Para tenerte al natural, como una gota de fortuna en mi camino.