lunes, 26 de noviembre de 2018

Besos al miedo

Hello!

Por aquí les traigo el poema de la semana, espero les entibie el almita.

Enjoy!


Beso al peligro en tu mirada,
pero el miedo no me para,
el corazón se me sale por las orejas,
pero el miedo no me para,
el peligro está en tu mano,
pero solo paro en tu abrazo, como si fueras carne,
como si fueras fruto maduro, y yo fuera hambre.


Beso al amor en tu mirada,
mi pecho es un solo de gritos,
pero solo para tus miedos mi pecho es nido y solo para tu silencio mi boca es nada,
pues para mí, eres música, y mi sangre el rio que recorres,
porque mi deseo es cascada furiosa hacia el afluente,
y tu cuerpo es el puente, por el que pasa el calor de la vida y el escalofrío de la muerte.


Y es triste cada intento "último" de negarme a tu risa,
es triste quererte con frustración,
querer besarte con fruición ante el susurro desesperado de esta piel que es tu piel, 

y de esta mano ardiente que se desliza hacia tu deseo anónimo.

Pensándolo bien, quizá no,
quizá no haya peligro al qué besar en tu mirada,
quizá soy yo el miedo que te cala,
el amor en forma de página en blanco que camina desnuda,
quizá soy yo el miedo que te estanca,
el miedo que no nos deja nacer,
el miedo que quizá nunca nos deje suceder.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Sin costumbre

Hello again!

Por aquí les traigo el poema de la semana. Espero les guste.


Hoy le he robado un beso a la vida y sin costumbre le he pedido un favor.
Ya entrado en años se me ha trepado una necesidad,
un escozor sine qua non,
un candado que cierra las puertas a todos,
cierra las bocas de todos,
y le abre paso a un mensaje.

He caído en el predicamento de construirte un silencio,
un silencio perpetuo en nombre de todo lo que quiero, que es tu boca,
para que sea solo mi boca, hablándote de cerca y despacito en la penumbra.

Ah, pero en la algarabía, te declaro frialdad,
frialdad de la noche oscura,
un cobijo para tus días.
Ah, pero en el silencio, te declaro calor,
calor de la noche oscura
al cobijo del plenilunio.

Solo ante la dama de la noche que es testigo,
te imploraré con sigilo: "Enséñame a complacerte"
para que tomes mis manos entre tus manos palomas y nos echemos al vuelo.
Entonces, después de recorrer el cielo y haber planeado nuestro proceder,
te miraré a los ojos agradecido,
por construirme con tu beso,
una boca que realmente atesore la palabra.

martes, 13 de noviembre de 2018

Ocasión especial

Hello!

Por aquí les traigo una vez más, el poema de la semana.
Espero les guste



En ocasiones, la gente pensará lo que piensa,
se mirarán y solo se verán a sí mismos,
dormirán y soñarán lo que se sueñan,
despertarán y se pararán en los pies de otro,
y aun así, no lograrán respirar conformes.

En ocasiones, amar será una batalla,
la gente sentirá celos de lo que ya tiene,
dormirán y soñarán lo que sueñan,
despertarán y encontrándose dormidos,
vivirán lo que despiertos no se atreven y aun así, 
seguirán luchando en la vigilia por vivir conformes.

En ocasiones, el hombre comerá sin hambre,
dormirá sin sueño,
dolerá sin motivo y llorará por dentro,
se dará contra las paredes,
arrastrará su cerebro en una fangosa duramadre
y de la pura rabia no hará nada.
Aun así, no alcanzará a ayudar a otro a estar conforme.

Pero quizá haya un momento,
una ocasión especial,
un cuando en el que la gente no piense igual,
los hombres se miren con ojos que sí vean a los demás,
con ojos que duerman y sueñen lo que no han soñado antes,
gente que haga suya la tierra que se le ha dado,
gente que viva despierta y sí se atreva,
hombres que coman con hambre,
duerman con sueño,
duelan por algo y lloren por fuera,
para respirar conformes,
para vivir conformes,
para ayudar a otro a estar conforme,
y para que amar jamás vuelva a ser una batalla.

martes, 6 de noviembre de 2018

Del odio y la tristeza

Hello,

Aquí les traigo otro poema. Este es especial, va para una persona que come y no deja comer.

Espero les guste.


Creo que te odio,
desde lo más profundo quiero patearte la vida,
desgarrarte a besos la piel de serpiente,
y que llores las únicas lágrimas que puedas llorar.

Creo que te odio, con límites,
pues mi odio no es más que una tristeza estancada,
un intento de hacerte sentir esta humedad,
este rastro en mi piel que de tanto reptar has dejado
y que aún hoy sigues obligándome a sentir.

Creo que te odio,
aún cuando la presencia de tu cuerpo es el sexo,
aún cuando tu deseo significa violencia.
Y siento arcadas del miedo ante la inconsciencia de cuánto te quiero,
y huyo en tres dimensiones ante el abrazo que me propinarás si cierro los ojos en sueño.

Pero entre tanto odio malinterpretado me callo ante los hechos,
el dolor me inunda por dentro y mea culpa.

Mea culpa porque yo que me he encerrado en tu casa,
ahora le inspiró carcajadas a la libertad, y amor al miedo.

Es sin duda un disgusto mirarte a los ojos, y mirarme encantado, aún queriéndote.