Por aquí les traigo el poema de la semana, espero les guste y como siempre, muchas gracias por leer.
Esta mañana me he mirado al espejo y con sorpresa he reparado en mis orejas,
creo que la forma ha cambiado.
Parece que tu voz a viajado a través de ellas y las ha transformado.
La nueva espiral de mi oreja marca el cambio de mi universo,
que parece haberse vestido a tu medida.
Ahora el tiempo pasa en función tuya y las horas del reloj se me hacen cortas.
Por eso desde que te amo me he hecho más viejo,
y con la vejez me duele la espalda,
tus zapatos han hecho estragos en mi columna y no quiero pararme derecho por miedo a romperme.
Como poco pero vivo más,
como si fuera a morir mañana,
como si en tu presencia, el oxígeno se me diera a cucharadas.
A veces miro el paisaje y no te veo, y la cara se me arruga angustiosa.
Entonces aspiro una bocanada y me quedo corto, pues no te siento en el pecho.
Cuando estás, el universo es amable con mis pulmones.
Cuando estás, la vida es mi única moneda de plata.
¿Cómo te has vuelto la cara opuesta de mi única moneda?
Tal vez te eché en mi bolsillo en una madrugada de juerga y te perdí luego, entre la espuma de una copa y una canción al desamor.
Hoy. por ejemplo, siento que vago por las calles de esta ciudad, sin ti, sin dinero y sin aire.
¿Y cómo vivo?
Quizá porque la esperanza de tenerte cerca se encuentra en un último suspiro que aún no llego a inhalar.
Pero, ¿es posible matar la esperanza nacida de un alma inmortal?