sábado, 23 de junio de 2018

Del amor y del sexo

Hello,

Una vez más aquí les traigo el poema de la semana, como siempre, gracias por leer.




Cuando se hace el amor, 

los cuerpos no importan, 
No hay prejuicios, 
Hay grasa y hueso,
energía en movimiento, 
se entra en la apreciación humana. 
Hay afán por sentir latidos en el otro,
y corazones que respiran caricias. 

Cuando se tiene sexo,
el espíritu animal se cierne sobre el pensamiento,
lo ciega y quiere todo para sí,
hay disfrute individual y a veces, olor a soledad.
Prejuicio social, grasa y hueso,
energía en busca de un manantial finito.
Roce de cuerpos, 
emociones en fuego,
necesidad de lo inefable.

Pero cuando vos y yo nos miramos,
tenemos sexo,
el hambre nos carcome por dentro,
se nos van los ojos a los más tentativos recuerdos,
y solo queda el prejuicio para detenernos.
¿Cuántas ganas se necesitan para quitarlo del paso?
¿Qué hacer entonces con estas ganas de recorrernos, y en ese recorrido hacernos nuestros?
El prejuicio siempre se acaba y solo las ganas quedan,
solo escucha nuestra sangre cabalgar en un manantial de latidos, mientras te miro,
mientras mi cuerpo le cuenta a tu piel de esta necesidad de tu caricia inefable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario