domingo, 18 de marzo de 2018

Café, flores y azúcar

Hello hello,

Una vez más la inspiración ha fluido.

Enjoy,



No hay manera.
Quizá no haya manera de forzar el reloj a esperar.
Esperar me quita el tiempo que podría pasar besándote.
Pero no me das palabras, no me das sonidos y aun así me robas miradas.
No sé por qué, o simplemente me hago el desentendido, ¿o quizá yo ya lo sé todo?
¿Me quitas la razón mientras me ignoras o me la das cuando me miras sin yo darme cuenta?
Creo que me quiero poco al mirarte anhelante,
te miro tanto que te dibujo en letras con los ojos cerrados.
Al abrirlos, me doy cuenta de que todo este tiempo he estado dibujando flores.
Mi problema es que son flores sin tierra y sin dueña.
Son flores de un café que solo encuentro en tus ojos,
un café que me quita el sueño y no me deja soñar.
Compárteme el café de tus ojos,
permíteme redención a punta de favores y regálame un poco de azúcar para esta sustancia amarga que me muestras, pero que no me toca los labios.
En ocasiones te creo para que seas dueña de mis flores,
te recreo en mi presente a ver si apareces en mi futuro.
Y en mis creaciones me besas y me adoras tanto que me siembras flores en todo el cuerpo y huelo a rosa.
Luego, como un niño, me quedo dormido en tu regazo imaginario mientras me acaricias el cabello.
En el sueño, soy un hombre consciente de que te espera, y al que le faltas como a un suspiro en medio de un ataque de ansiedad.
Al despertar siento en el pecho un recuerdo que duele, una emoción frustrada, un dolor en estos labios que solo quieren los tuyos.
Quisiera poder pagarte en la moneda que quisieras,
a punta de cicatrices o comentarios que tomar a título personal,
solo por la promesa futura de que me regalarás azúcar con amor, o al menos con cortesía.
Eso sí, te juro que nunca me deberás nada que no me hayas pagado ya, pues tan solo con mirarme me regalas acaricias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario