domingo, 17 de junio de 2018

La horrible noche

En respuesta a la indignación de mi corazón con las elecciones del día de hoy, he escrito esto.

Espero se sientan identificados y les ayude en su tusa post elecciones.
Gracias por leer.





Eran las 4 de la tarde.
Aún no se sabía si había cesado la horrible noche, 
Había emociones en penumbra, pero todos tenían ya un sabor amargo en la boca
El cielo, magno espejo del alma de los habitantes de un pequeño país, reflejaba ya el futuro cercano, y mostraba un color gris tormenta. 
Todo estaba en víspera, pero el vaticinio era la tristeza. 
De repente, un atisbo de sol asomó entre la noche que se aproximaba y 
los habitantes sintieron como el vaso medio vacío podía también estar medio lleno.
El aire, un aroma a revolución, la niebla y el viento se encontraban danzando entre el miedo, a paso de tornado.

Era el miedo de los que temen el karma de sus malos actos,
era el miedo de los que temen seguir siendo víctimas de los mismos.
Entretanto, la pequeña luz que quedaba de la esperanza pareció ahogarse entre sombras que devoraban todo a su paso.
La desesperanza y las lágrimas de un pueblo consciente se hicieron presentes.
Y entonces, las víctimas se lanzaron en coro al dolor ante el redoblar de la injusticia,
los tambores de una horrible noche, vaticinio de una violencia ya pasada.
Los cómplices se lanzaron en coro a la celebración, sumergidos en la ignorancia, 
devolviendo a la vida una historia escrita con sangre y terror que quizá nunca conocieron,
una victoria de un pueblo con mucha historia y poca memoria.

Veinte minutos después, el llanto de los no recordados clamaba desde tumbas sin nombre, 
muertos de ayer que ante la injusticia de su tiempo también fueron imparciales,
muertos de mañana que, ante un posible cambio, también pudieron escoger ser salvos.
El drama del pueblo era tal, que en las calles y en muchas casas del pequeño país,
no quedaba nada más que el asco.
El asco y la hiel que despierta la ceguera de un pueblo olvidado de sí.

Pueblo, el cielo gris solo te grita una pregunta:
¿merecen los habitantes de este pueblo fértil un futuro brillante cuando sus mentes aún no lo son?

A este lugar falto de amor propio, 
A este lugar que no sabe dónde duele
a este pueblo cómplice del sufrimiento de sus habitantes, le serán cobradas luego las obras de este día, porque aún seguimos bajo el yugo de los mismos,
porque aún no cesa la horrible noche.

5 comentarios:

  1. Una vez me dijeron que la falta de empatia es lo que tiene a Locombia sumida en la desigualdad de cualquier tipo. ¿Por qué seguimos así?, por aquellos que saben muy bien cómo está el país, pero no les importa qué pase con él. Por esos que al callar, ayudan a que haya más desigualdad. Lo bueno de esto, es que se ha visto que cada vez son más las personas que se unen al despertar. Ahora lo que sigue es seguir en pie y no hacerles el camino fácil a la vida indigna que nos pueden dar.

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    1. Sí, puede ser que sea falta de empatía. Cada uno se preocupa por lo suyo.

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  2. Tristeza infinita nos provocan los resultados de las elecciones, esperemos que en 4 años tengamos otra oportunidad, mientras tanto a aguantar los mismos con las mismas.

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  3. Definitivamente estamos cerca de la masa crítica, del mono cien que permitirá el cambio. Cómo dijo Tatiana, arriba: "Ahora lo que sigue es seguir en pie". Ánimo, esto está empezando.

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